viernes, 24 de julio de 2009

Volvernos unos Desconocidos


Andrés saluda a su madre y ella ve en su mirada algo extraño. Pero a Andrés no le ha pasado absolutamente nada desde que salió en la mañana; todo ha sido igual de tedioso y ordinario. Pero su madre cree ver en él algo extraño, a ella le acaban de comunicar que, por reducción de personal, está despedida (y ella siente tristeza y frustración). Andrés acaba de darse cuenta que su querida amada le ha sido infiel (y siente que realmente el amor es una farsa).

Ella ha decidido seguir trabajando por un menor sueldo y en un puesto de menor importancia en la cadena de farmacias. Andrés ha decidido callar y no enfrentar la infidelidad de su novia por temor a perderla.

Ellos, madre e hijo, no son los mismos que se vieron en la mañana.

Ellos, madre e hijo, sienten que al atardecer existen menos alegrías que las que había en el desayuno de la mañana.

Ellos, madre e hijo, no se dan cuenta que las cosas nunca volverán a ser como antes.

Ellos, madre e hijo, no se dan cuenta que nunca volverán a ser los mismos.

Ellos, madre e hijo, se vuelven paulatinamente en perfectos desconocidos.

2 comentarios:

  1. Cuán desconocidos podemos ser de aquellos que en tiempo, más debieran saber quién somos?

    La situación planteada, sucede más a menudo de lo que se pudiera creer.

    Salu2.

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  2. Hola Sebastián. Antes que nada, gracias por pasar por mi blog. Me alegra que compartamos el gusto y las preguntas -a veces con respuesta, a veces sin ellas- que nos dejara Elliot Smith.

    Ahora me dedicaré a navegar por tu sitio. Este post me resultó emocionante. Concuerdo La LyriK.
    Saludos!!!

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