miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Cómo condenar a una vocación sacerdotal sin condenar a Dios mismo?


Uno de los principales problemas que debe de enfrentar la Iglesia en relación a los abusos no es el hecho de que actuaron mal, que fueron criminales o que cometieron algun tipo de falta que merezca sanción. El problema esencial es que es imposible el poner en duda el actuar de quienes están amparados por una ley universal, no una ley temporal ni civil, sino por la existencia de algo que ningún mortal puede comprender; la continuidad de la palabra de Dios y, por ende, de la verdad materializada en algunos elegidos por un llamado celestial: la vocación. Es que aquí la Iglesia se enfrenta al dilema de hacer una suerte de “suicidio simbólico” actuando en contra de los suyos pero poniendo un velo de duda en una institución que no puede tener duda alguna de su actuar. Ahí es donde se encuentra el problema, esto no es un político ladrón, sino que es una vocación falsa, un falso llamado de Dios, y con respecto a eso: dudar del llamado de Dios sería dudar de Dios mismo. Eso es inadmisible por la Iglesia, le es imposible entregara a uno de los suyos sin poner en duda las mismas bases de la Iglesia, de su origen supraterrenal y de su “verdad revelada”. Un político ladrón traicionó a sus electores, una madre asesinando a sus hijos traicionó la naturaleza de madre ... la Iglesia está dispuesta a entregar a uno de los suyos sin caer en el conflicto que “Dios nos engañó” o que “la Iglesia de Dios”, esa verdad materializada, fue incapaz de ver y de separar la verdad de la mentira (?)

martes, 22 de marzo de 2011

Ministro en Visita en Caso Karadima; cómo cortar sin romper ...

La decisión de la justicia sobre el nombramiento de un Ministro en Visita por el caso Karadima, en el día de ayer ,es un acto que me parece más una reacción que una acción. La rzón de esto es que el caso Karadima tiene una singularidad que pocos han tomado en cuenta; el ser una de las pocas veces, sino la primera, en que una decisión de “culpable” al interior de la Iglesia es anterior a una decisión de la justicia mundana. Esto nos lleva a pensar en las probables causas de la reapertura del caso, incluso Ministro en Visita, a un caso que antes había llegado a la Corte de Apelaciones. ¿Por qué? Por que es probable que aqui las cosas sean mucho más oscuras de lo que creemos, que realmente es imposible tapar aquello que ya esta podrido, y entonces lo que sucede realmente es que “si la Iglesia lo declaró culpable” es por que ya los casos presentaban un nivel de atrocidad. Atrocidad tal que los llevo a tomar la decisión más difícil de tomar por parte de la Iglesia: declarar “culpable de abuso” a uno de los suyos.

No seamos idiotas, no pensemos que una decisión judicial de este tipo nació desde las mismas ansias de justicia; esta decisión es la aceptación del sistema de justicia de que “en esta partida es imposible ganar” -la evidencia contra Karadima es demasiada- pero que es mejor dejarse perder en pos de que “todos sigamos jugando”. Legitimo el sistema aun más haciendo una pequeña herida en el sistema, así todos creen que al cicatrizar esa herida el cuerpo total saldrá fortalecido.



domingo, 20 de marzo de 2011

Entrevista a James Hamilton en Tolerancia 0, "la verdad no se actúa ..."

Muchos de nosotros ya hemos visto la entrevista a James Hamilton (querellante en caso Karadima) durante la emisión del programa “Tolerancia 0” , y, creo, cada uno de los que hemos visto la entrevista hemos quedado pasmados, paralizados y con una rabia enorme ... y con un silencio en nuestra mente que nos hace descubrir que realmente la realidad es peor que la ficción, y es ahí, justamente ahí, donde reside lo macabro de todo esto. “La verdad no se actúa, sino que es”- frase de Hamilton respondiendole a Eichholz-, eso es lo macabro, el descubrir que cada uno de nosotros hemos sido construidos en su ser y en su condición ética por “quién sabe quién”, y ese “quién sabe quién” es nuestro guía y pastor, y es que si profundizamos en cada uno de nosotros descubrimos que en nuestro interior puede latir el peligro de haber sido abusados sin saberlo, y que sin saberlo, fue ahí, y justo en ese suspiro de abuso donde perdimos toda nuestra fe e inocencia.
Entrevista Completa a James Hamilton (a partir de minuto 58)

miércoles, 2 de marzo de 2011

La Concertación y la crisis de la Modernidad


Una de las gracias, más allá de las desgracias, que producen los términos y concepciones confusas es que sirven para todo. Como una suerte de constante extravío los términos y conceptos que utilizamos van a una deriva –en búsqueda de puerto- de sus posibilidades de especificidad histórica. Es por eso que creo que podemos considerar hoy en día la existencia de un posmodernismo en la Concertación; posmodernismo al considerar este concepto como “una búsqueda de sentido, a un sin sentido en si, más allá del agotamiento de la modernidad”. Por que la Concertación siempre se consideró a sí misma como una portadora de la modernidad de la sociedad, no en lo económicos claro está, pero si en todos aquellos temas políticos, sociales, culturales, religiosos, valóricos, etc. De una u otra manera la Concertación, por ejemplo, llega al poder derrotando a una dictadura “vieja y retrograda” y con la fuerza que representaban las ideas de todo un occidente en cambio y en progreso, frente a esa detención en el tiempo que representaba Pinochet. La Concertación era la modernidad de las sociedades occidentales frente a una sociedad chilena detenida en las telas de araña del tiempo con una dictadura “que recordaba tiempos de barbarie”. Los atuendos con que se vistió la centro-izquierda chilena durante mucho tiempo fueron el ser el proceso de “modernización” de la sociedad frente a una derecha atrasada y anquilosada en el pasado; era la “humanidad moderna” frente a los monstruos del conservadurismo y las bestias del pasado.

Pero la modernidad se acabó, y el fracaso de la modernidad es que su proyecto era tan teórico que le fue imposible el manejar las variables de una humanización social y una destrucción de la sociedad por parte de las mismas formas económicas que produjo este proceso de “modernidad”. Por un lado buscaban “hombres” pero por otro lado destruían la “humanidad que buscaban” por medio de la economía de mercado. Si esa es la historia de la modernidad, y su destrucción, entonces la historia de la “modernidad de la Concertación” no es otra cosa que la imitación, no intencionada, del proceso global. Y es que la modernidad de la Concertación fue incapaz de producir “economía moderna” en el buen sentido de la palabra, es decir; una economía al servicio de una sociedad humanizada: destruían y en esos escombros pretendían construir. Entonces la cuestión central del problema es que el fracaso electoral dela Concertación fue obviamente que no estuvieron a la altura de las expectativas que había creado, al igual que la “modernidad”, y, por otra parte, que su proyecto de modernización social, estemos a favor o en contra, va a contrapelo de lo que dictaba la “modernidad económica”. ¿Cómo puedes mejorar las condiciones laborales de los trabajadores sin estar en contra del proceso de modernización económica del país?. La derecha era la “modernidad económica” y la Concertación un proyecto económico “viejo y obsoleto”.

Entonces, cuando este hombre y sociedad moderna se demoran en llegar y las esperanzas comienzan a esfumarse se debe confiar en una segunda alternativa, no por que así lo quieres, sino por que la otra alternativa esta desgastada y sin credibilidad. Es entonces ahí donde la derecha logra ganar electoralmente; cuando su proyecto económico comienza a ser la alternativa lógica, si un proyecto socio-político no logra su objetivo entonces debes de comenzar a ver las razones del porqué, y esas razones estaban claras; no se ha podido manejar la economía, y específicamente al empresariado, entonces qué hago ... mejor pacto con los empresarios y elimino al intermediario y sus promesas desgastadas; al Estado. Si el Estado ha sido incapaz de cambiar a la sociedad entonces me hundo en la desesperanza, y si no tienes esperanza entonces debemos de dejar de soñar con una “vida mejor”; si esto es así entonces “al menos aseguremos lo que tenemos”: nuestro trabajo. Y si es posible mejorar nuestros salarios, horas de trabajo, vacaciones, etc. ¿Para qué seguir soñando con una “vida mejor”? Mejor convertimos nuestra vida en “trabajo”, y si convertimos nuestra vida en el sólo hecho de ser productores y consumidores entonces la economía es el fin primero y último de nuestra vida. En esas condiciones no necesitamos “Estado” sino que necesitamos un “empresariado”, por que si la vida es trabajar y nuestro mundo una “fábrica” por lógica mejor le entregamos todo el poder a quien legitimamos como “quien determina nuestra vida”. La política, su concepción tradicional, es borrada por culpa de su misma incapacidad de dar solución a lo problemas que ella misma había creado, enormes expectativas que, más que logros económicos, nos hablaban de una sociedad mejor en cada rincón del planeta y en cada uno de sus países. La rabia de cada uno de los desesperanzados del sistema no es que existan problemas, sino que la rabia es que sabemos que todos esos problemas “si tienen solución” pero que no se ha hecho nada para remediarlos.