domingo, 22 de marzo de 2009

HOMOSEXUAL Y PADRE

HOMOSEXUAL Y PADRE


Esta semana todos nos enteramos por los medios de comunicación de la situación “anómala” por la cual los tribunales entregaron la tuición a un padre homosexual. Pero no sólo un homosexual que en una noche de alcohol se volvió heterosexual y que ahora vive con la duda de ser homosexual o no, sino que es un hombre que en su condición de gay no renuncia a su condición de padre. No renuncia a su condición de gay, y por lo tanto vive con su pareja del mismo sexo, y no renuncia a su condición de padre, y por eso asume la educación y formación de sus hijos bajo su mismo techo. Creo que es un dilema bastante profundo e hiriente en una sociedad que no sólo presenta un doble estándar al nivel de costumbres societales sino que también en la profundización y observación de lo mas retrogrado que tenemos en Chile; sus formas legales.

Como pocas veces ha sucedido en nuestra linda sociedad chilena ella debe enfrentarse a sí misma para verse al desnudo y darse cuenta, o al menos interrogarse, sobre la condición que dice tener; una sociedad que dice no discriminar mientras apunta con el dedo a todos aquellos que son la alteridad que ella misma ha creado. La tolerancia no es un acto constante en nuestra sociedad, no es una práctica muy difundida sino que es un acto que se enmarca dentro de lo políticamente correcto. No hay problema si existe un homosexual peluquero, diseñador o pintor, el problema es cuando el homosexual se inserta en nuestro campo más sagrado, en ese ámbito que nosotros lo hemos cerrado como un espacio totalmente zanjado de dificultades o controversias; nuestra familia o nuestro mundo más “sagrado”. Es que éste último es un espacio que no acepta más debates por que ya ha sido totalmente idealizado como un fin que ya hemos alcanzado, las menos de las veces, o un mundo que sabemos como alcanzar, las más. Entonces el lindo gay que diseña los vestidos de fiesta de nuestras celebridades es aplaudido en programas de farándula, en conversaciones de after hour , o caricaturizado por el humorista de turno; pero ese mismo gay tiene prohibida la entrada al colegio de nuestros hijos, tiene totalmente claro que jamás podrá ser un gran político o líder espiritual y menos que puede llegar a tener una familia cuando ella misma es una construcción política en la cual no tiene cabida alguna.

Es que la condición de homosexual no significa sólo una categoría de tipo sexual como constantemente se tiende a ver, es más que eso, es una condición que traspasa el todo de nuestras prácticas y creencias, es realmente una categorización política. No es posible hablar del término de las discriminaciones de genero entre hombre y mujer cuando es necesario la discriminación positiva o que el tema se ha transformado en un tema recurrente, es totalmente imposible hablar del término de las discriminaciones a los homosexuales cuando realmente las categorizaciones que nuestra misma sociedad legitima han construido una caricatura del homosexual. Lo vuelvo a repetir; la condición de homosexual, gay o lesbiana, esta siendo totalmente determinado por lo que ella no ha construido, sino por la condición de espacios vacíos que la sociedad heterosexual ha creado para permitir su entrada a ella. Ingreso regulado, normado y determinado de antemano.
Las minorías sexuales siguen siendo la alteridad dentro de una sociedad que ya ha formado un discurso sobre su identidad ideal. El homosexual tiene su espacio; un espacio delimitado y cercado por una alambrada que le dice cual es su espacio dentro de un discurso de tolerancia que sólo es eso; sólo tolerancia idealizada.

miércoles, 18 de marzo de 2009

SOBRE JOVINO NOVÓA, LA DEMOCRACIA Y LA PRESIDENCIA DEL SENADO

Esto fue escrito antes de la llegada de Jovino Novóa a la presidencia del senado.






No escribiré sobre pactos, promesas o contratos con respecto a la eventual llegada a la presidencia del Senado por parte de Jovino Novóa. Creo que eso no es tan importante como los cuestionamientos que se le hacen con respecto a su “falta de perfil democrático” y su cercanía a la dictadura.

Son precisamente los cuestionamientos que se le hacen a Novóa los que se han transformado en el eje fundamental de la disputa por la presidencia del Senado. Son esos cuestionamientos, ligados a su pasado, los que hacen que no exista posibilidad alguna de que este líder gremialista se transforme en un actor de importancia dentro del juego democrático a juicio de algunos sectores concertacionístas. Lo que deberíamos preguntarnos es; ¿por qué?. Y no es que trate de minimizar la discusión hacia el conflicto existente entre democracia y sistemas totalitarios, es decir entre esa suerte de axioma bajo el cual la democracia puede tolerar todo aquello que se acepte a sí misma y nada más que a sí misma; la misma democracia. En otras palabras la democracia es tan democrática que sólo puede aceptar a su misma democracia, no otra, sino la que ella misma ha construido.

Creo que no existen dudas con respecto a que la democracia no es ningún descubrimiento, sino que su “contrario”; una invención. Por ello es que como toda buena invención la hemos perfeccionado constantemente y buscamos los mecanismo para sus mejoras y su constante “democratización democrática”. Tenemos hoy en día una democracia, en constante perfeccionamiento pero democracia al fin, y que difiere bastante del sistema democrático existente en nuestro mismo querido país en los años 50’; conclusiones... la democracia ha cambiado por si misma... o también existe una segunda posibilidad; la democracia no es una y no es un punto fijo a seguir, sino que un horizonte que aspiramos a alcanzar aun sabiendo que constantemente cambiara de rumbo y de distancia con respecto a la posibilidad de concluir la meta fijada. Derrida se refería a que la democracia es una “eterna promesa”, y como eterna promesa confiamos en ella, a pesar de todo, por que la necesitamos.

La democracia que tenemos hoy en día no ha sido impuesta por fuerzas extranjeras, no por marcianos, como tampoco por algún grupo terrorista; incluso si consideramos que existe la posibilidad de que nuestra actual democracia tenga bastante de “democracia con enclaves autoritarios”, como lo señalo Garretón, es democracia a fin de cuentas y como tal debe aceptar las reglas de su mismo juego “democrático”. Entonces el dilema al cual llegamos se vuelve bastante extraño, es un dilema bajo el cual existiría una suerte de autoridad moral por parte de ciertos sectores de la Concertación que auto-coronándose como los paladines de la democracia niegan la posibilidad de su misma democracia, la que ellos mismos amparan, de que exista un senador que llegue a ser presidente del Senado. Tratando de simplificar el tan extraño dilema es algo como lo siguiente; todos somos seres humanos por que así los han determinado diferentes ciencias, pero algunos son más seres humanos que otros ya que en un pasado lejano ellos no aceptaban a los que hoy si son consideraban seres humanos. Es cómico no creen, es horrible creo yo; por que se está asemejando a un pasado bastante cercano bajo el cual algunos, los menos, tuvieron el bestial poder de jerarquizar al ser humano y crear categorías de él.

Esta confusión a la cual se ha llegado se acerca a un juego de lógica aristotélica, me recuerda a los silogismos básicos del colegio, y a pesar de todo me resultan bastante extraños; ¿si Juan es hombre y los hombres piensan que sucede? Obviamente Juan piensa: genial, bravo, aplausos. ¿Si Novóa es senador y todo senador puede llegar a ser presidente del senado que sucede?...

Si frente al “sesudo dilema aristotélico” la respuesta es que Novóa no puede ser presidente del senado les puedo comunicar algo que es aun más doloroso que la categorización del tipo de ser humano que les hablé antes, y es que si Novóa no puede ser senador es por que el senado mismo no tiene validez alguna. Es decir; no tenemos ni siquiera un atisbo de democracia en nuestro querido país, no contamos con un senado de “iguales”, y con esto realmente tenemos a un grupo de defensores de la democracia al más puro estilo de la “democracia tutelada”, y nuevamente por unos pocos.

Unos pocos son los demócratas, unos pocos son los que defienden la democracia que ellos mismos consideran como democrática, y esos mismos son los que apelando a la defensa de la democracia la “destruyen”. Si alguien tiene la capacidad de hablar en nombre de la democracia, destruyendo las mismas reglas del juego democrático que ha legitimado, es por que está apelando a una suerte de revelación divina del dios de la democracia y, con esto, nos encontramos ad portas del nacimiento de “los sacerdotes de la democracia” que bajan desde las alturas para traernos la buena nueva a todos nosotros; desgraciados miserables incapaces de ver que tras la censura a un senador democráticamente elegido se encuentra la defensa de la democracia por parte de un senador democráticamente elegido por la ciudadanía, y nombrado por el mismo dios de la democracia para defender su buen nombre desenmascarando a falsos apóstoles.