Una de las bases bajo las cuales actúa constantemente la lógica liberal es la de la incertidumbre constante que hace que todo se vuelva inseguro en sí mismo, es decir, no es un hecho de carácter azaroso lo que sucede hoy con los empleados públicos, sino que esconde una lógica propia del actuar de un liberalismo radicalizado. La seguridad se concibe como algo que no puede ser permitido como relación humana en si, es decir como relación con algún grado de efecto económico, ya que la seguridad lo único que produce es una suerte de corrupción del trabajo; una flojera; un “achanchamiento”; una falta de eficacia que es necesario erradicar en pos de aumentar la capacidad de producción. Es que claro, no es el despedir por despedir, sino que es despedir para crear constantemente la sensación de posibilidad de ser “mejor”.
Por que claro, seamos sinceros, muchos hoy “desempleados” del sector público eran eficientes, pero NO los “mejores”; los “mejores” van a continuar con sus puestos de trabajo y eso es lo que se busca: crear la sensación constante de que se puede mejorar aun mas y que el hecho de que “el espinita”, el “chupamedias”, el que se queda horas extras sin chistar, aun permanezca en su trabajo es una muestra que de “esos” se nutre el sistema, que “esos” son los necesarios.
Y es que esto no puede ser concebido como una simple práctica de carácter política partidista, sino que responde a una política mayor, a la lógica bajo la cual se desenvuelve el mismo sistema de la cual el Estado no es neutral, por que el Estado en si es liberal y debe crear las condiciones de reproducción del sistema a partir de una justificación, legitimación y un proceso ideológico (en silencio) que permite la mantención en el tiempo y en el espacio de las prácticas necesarias para no poner en jaque al sistema que crea sus mismo engranajes (los sujetos) y su formas de funcionamiento (como opera la maquina). Como señaló Foucault en una entrevista “Marx omitió un hecho fundamental; la existencia de capitalismo necesita de capitalistas”; por ello podríamos señalar que: la existencia del liberalismo radicalizado necesita de liberales radicalizados ... cada uno de nosotros.
Por que claro, seamos sinceros, muchos hoy “desempleados” del sector público eran eficientes, pero NO los “mejores”; los “mejores” van a continuar con sus puestos de trabajo y eso es lo que se busca: crear la sensación constante de que se puede mejorar aun mas y que el hecho de que “el espinita”, el “chupamedias”, el que se queda horas extras sin chistar, aun permanezca en su trabajo es una muestra que de “esos” se nutre el sistema, que “esos” son los necesarios.
Y es que esto no puede ser concebido como una simple práctica de carácter política partidista, sino que responde a una política mayor, a la lógica bajo la cual se desenvuelve el mismo sistema de la cual el Estado no es neutral, por que el Estado en si es liberal y debe crear las condiciones de reproducción del sistema a partir de una justificación, legitimación y un proceso ideológico (en silencio) que permite la mantención en el tiempo y en el espacio de las prácticas necesarias para no poner en jaque al sistema que crea sus mismo engranajes (los sujetos) y su formas de funcionamiento (como opera la maquina). Como señaló Foucault en una entrevista “Marx omitió un hecho fundamental; la existencia de capitalismo necesita de capitalistas”; por ello podríamos señalar que: la existencia del liberalismo radicalizado necesita de liberales radicalizados ... cada uno de nosotros.
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