No puedo ni quiero. Me es imposible. ¿Cómo pueden llamar pájaro y pájaro muerto a dos realidades diferentes? La muerte en el reino de los pájaros es totalmente diferente a la muerte en el reino de los hombres, incluso los pájaros no saben que son pájaros. Si el concepto muerte para el reino de los pájaros no tiene valor alguno, o si es diferente al concepto muerte en el reino de los hombres, significa que el concepto muerte no es homologable. Significa que la existencia de los hombres muertos no garantiza la existencia de los pájaros muertos. Exijo que el concepto muerte desaparezca del reino de los pájaros; es necesario un nuevo concepto para designar cuando un pájaro deje de vivir, y así también con las ballenas.
jueves, 24 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
Bien Común made in Chile ...
Muchas veces recuerdo cuando era un cabro chico de colegio y nos relataba el profesor las políticas de natalidad existentes en aquellos países extraños y lejanos, como China o India. Realmente nos llamaba la atención y constantemente se recurría a esos ejemplos para demostrarnos como el Estado determinaba o influía en las decisiones de carácter personal; en las libertades individuales. Era un ejemplo de tipo negativo, era un ejemplo que denostaba esas políticas y hacían inflar el pecho de orgullo a cualquier chileno en pos de la defensa de las libertades que teníamos en Chile. A grosso modo la síntesis era más menos la siguiente; “ellos son tan bárbaros que el Estado determina cuantos hijos puedes tener, en cambio nosotros, sobrios occidentales, tenemos la libertad de elegir cual será la manera en que queremos vivir en nuestro mundo más intimo”. Obviamente las preguntas no se hacían esperar: “¿Y si una familia tiene más hijos que pasa?”, y el profesor respondía; “el Estado lo castiga de manera económica”. Creo que está demás el narrar las caras de extrañeza que poníamos nosotros como alumnos de colegio, ingenuos e ilusos, mientras nos hacían fortalecer nuestras convicciones en los valores de nuestra democracia occidental y su total compromiso con las libertades individuales.
Hoy mi cara de extrañeza fue aun mayor cuando escuché lo del “bono a las bodas de oro”, por que ahora que ya soy menos ingenuo y las ilusiones se fueron a la basura puedo ver aquello que muchos no quieren ver: detrás de ese “bono” se está incitando a crear una “determinada forma de familia” y se está destruyendo todo ese discurso de tolerancia y de libertad de la que tanto usufructo la campaña de nuestro amado presidente. Y es que esto no es un dato menor, y es que esto constituye el esconder un premio en pos de un determinado fin, por que estoy seguro que este bono es el pequeño chantaje que permitirá el “presionar” de variadas formas la constitución de esa sociedad valórica teleológica que jamás ha sido dejada de lado por la derecha. Y es que nuestro gobierno, ese que hizo campaña con familias “mal constituídas” e incluso con homosexuales, logró engañar a casi la mitad de la ciudadanía chilena y está seguro que lo podrá seguir haciendo. Este bono, al igual como el aumento por un par de años al impuesto a las empresas y la disminución perpetua de sus impuestos a timbres y estampillas, no son nada más que la forma en la cual se esconde el actuar pedante de la derecha amparado en el control de los medios de información y comunicación. Podríamos decir que el sistema es más o menos el siguiente; “lanzamos una política atractiva, pero el fin y los medios para hacerla la escondemos a los ojos de la opinión pública”. Es triste, es horrendo, pero es verdad; no sabemos lo que hace el gobierno, sus políticas tienen un discurso demasiado atractivo –bono de bodas de oro, aumento por cuatro años del impuesto a las empresas, reconstrucción post terremoto, etc – pero tras cada una de ellas se esconde el fango asqueroso de los intereses de “su sector” que amparados en un discurso moral buscan hacer lo que nunca dijeron que harían, pero que estábamos seguros que lo harían de todos modos.
Ena Von Baer no me engaña con su tenida de “niñita de bien”, Larraín exploto y lanzó su discurso de intolerancia homofóbica e intolerante, Lavín quiere incorporar la religión en la educación y privatizar aun más la educación en todos sus niveles, y Piñera ... bueno el sigue sonriendo y prometiendo un asado cuando se termine la extensión de la línea 5 del metro.
Suma y sigue, cada una de las políticas de este gobierno se esconde tras un discurso del “bien común” asqueroso e ilusorio, un maquiavelismo llevado a niveles ridículos. ¿Acaso usted cree que el impuesto a los cigarrillos es porqué al Gobiernos le preocupa su salud?, ¿Puedo existir otro fin con el “bono a las bodas de oro” más que el incitar a la existencia de un tipo de familia por sobre otra? ¿Puede existir un cambio en las políticas tributarias si las empresas pagarán mas de 4000 millones al año por este aumento por sólo 4 años pero se ahorrarán más de 2000 millones al año de manera perpetua? Este es nuestro gobierno; un discurso de “bien común y valores” que sólo esconde los intereses de un sector intolerante y egoísta... y la mayoría aun no se da cuenta.
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Cazuela de vacuno,
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